Vilvestre (Salamanca)
JOSÉ MANUEL BLANCO (El Mundo, 15/07/2008)
SALAMANCA.- Las Arribes salmantinas siguen demostrando que son un lugar privilegiado para producir naranjas. Así, un matrimonio de la localidad de Vilvestre, ha recolectado este año varias naranjas con un peso medio de un kilo, (cada naranja pesa 1 kilogramo, como sandías o melones) , de dos árboles situados a las orillas del Duero.
Vilvestre, que se encuentra junto a la frontera de Portugal, donde los naranjos florecen de forma especial y abundante, es una pequeña localidad salmantina donde la presencia de los naranjos es casi testimonial, en pequeñas parcelas, que son abonadas de forma natural por sus dueños con basura de oveja o de gallinas.
Ese es el caso de Agustina Martín y José Manuel Sánchez, los propietarios del bar de Vilvestre, y de las naranjas de un kilo que tienen expuestas en él. Cómo la mayoría de los agricultores de la zona, los naranjos que cultivan fueron comprados en Portugal y plantados por ellos mismos en una pequeña parcela.
El microclima de la zona, donde el invierno se hace primavera, y la producción de en bancales, caracterizan la producción de esta fruta tan típica del Mediterráneo y tan extraña en Salamanca. Las características climatológicas de la zona son tan especiales, que también sirven para cultivar frutos tan poco tradicionales en la zona como kiwis, caquis, nísperos o nueces.
Las naranjas de Vilvestre se suelen caracterizas por su dulzura, un tamaño grande, ser muy jugosa, carnosa en la boca y con un color intenso.
Los escasos estudios realizados sobre este cultivo en la zona concluyen que la comarca sería capaz de admitir una mayor producción de naranjas para el autoconsumo y que el precio de venta, aunque sea de esta forma directa entre los vecinos de la zona, garantiza la rentabilidad del cultivo.
Uno de los problemas que tiene el cultivo de naranjas en la zona, son las escasas dimensiones que tienen las parcelas salmantinas, que provocan que la mayor parte de los productores tengan unos quince árboles por cada una de ellas, mientras que en Portugal es normal ver algunos terrenos con casi mil naranjos plantados.
Los naranjos son árboles que tienen una larga vida, llegando en algunos casos hasta los 80 años, debido a la buena adaptación que tienen a las características del suelo.
SALAMANCA.- Las Arribes salmantinas siguen demostrando que son un lugar privilegiado para producir naranjas. Así, un matrimonio de la localidad de Vilvestre, ha recolectado este año varias naranjas con un peso medio de un kilo, (cada naranja pesa 1 kilogramo, como sandías o melones) , de dos árboles situados a las orillas del Duero.
Vilvestre, que se encuentra junto a la frontera de Portugal, donde los naranjos florecen de forma especial y abundante, es una pequeña localidad salmantina donde la presencia de los naranjos es casi testimonial, en pequeñas parcelas, que son abonadas de forma natural por sus dueños con basura de oveja o de gallinas.
Ese es el caso de Agustina Martín y José Manuel Sánchez, los propietarios del bar de Vilvestre, y de las naranjas de un kilo que tienen expuestas en él. Cómo la mayoría de los agricultores de la zona, los naranjos que cultivan fueron comprados en Portugal y plantados por ellos mismos en una pequeña parcela.
El microclima de la zona, donde el invierno se hace primavera, y la producción de en bancales, caracterizan la producción de esta fruta tan típica del Mediterráneo y tan extraña en Salamanca. Las características climatológicas de la zona son tan especiales, que también sirven para cultivar frutos tan poco tradicionales en la zona como kiwis, caquis, nísperos o nueces.
Las naranjas de Vilvestre se suelen caracterizas por su dulzura, un tamaño grande, ser muy jugosa, carnosa en la boca y con un color intenso.
Los escasos estudios realizados sobre este cultivo en la zona concluyen que la comarca sería capaz de admitir una mayor producción de naranjas para el autoconsumo y que el precio de venta, aunque sea de esta forma directa entre los vecinos de la zona, garantiza la rentabilidad del cultivo.
Uno de los problemas que tiene el cultivo de naranjas en la zona, son las escasas dimensiones que tienen las parcelas salmantinas, que provocan que la mayor parte de los productores tengan unos quince árboles por cada una de ellas, mientras que en Portugal es normal ver algunos terrenos con casi mil naranjos plantados.
Los naranjos son árboles que tienen una larga vida, llegando en algunos casos hasta los 80 años, debido a la buena adaptación que tienen a las características del suelo.
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