miércoles, mayo 21, 2008

La raya del Duero

En muchos pueblos de Zamora y Salamanca hay más postes de alta tensión que vecinos. El mapa de luz nocturna del país, que señala con colores las zonas más activas, tiene varias sombras negras: una surca la frontera con Portugal, a la altura del Duero, que junto a sus afluentes alimenta una decena de centrales hidroeléctricas. La población allí es cada vez más anciana y menos numerosa.

El río separa dos realidades muy parecidas. En los pueblos de Portugal sucede lo mismo. Y "para idénticos problemas, idénticas soluciones", dice João Henriques, vicepresidente de la Cámara Municipal de Mogadouro. Con esta idea se puso a trabajar José Luis Pascual, alcalde de Trabanca (Salamanca, 270 habitantes). Atraído por la posibilidad de crear una Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT), figura con entidad jurídica que la Unión Europea inventó en 2006, comenzó a reunirse con alcaldes de los dos lados de la frontera.

Son frentes con una historia común. Los lugareños recuerdan el contrabando, antes de la apertura de fronteras. "De allí traían café y telas; nosotros llevábamos productos agrarios y ganaderos, de lo que vive esta zona", explica una vecina de Mámoles, una pedanía pegada al río, de 30 vecinos. El trapicheo decreció tras la dictadura y se mantuvo de forma residual hasta el libre comercio.

Café, textil, aceites y carnes siguen siendo la base de la relación comercial en los pueblos fronterizos. Pero ya no hay que aprovechar las noches más oscuras para cruzar el Duero en barca. Basta con pasar en coche al otro lado, a Miranda do Douro, por ejemplo, donde los fines de semana sólo se oye hablar español.

(El País, 21 de Mayo 2008)

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